El pasado veinticinco de noviembre se estrenó Mad Shelia, un estreno de cine en China, de género post-apocalíptico dirigida por Lu Lei y que ha dado de qué hablar durante los últimos días debido a su semejanza con la saga australiana de Mad Max, en especial, con la más reciente de ellas estrenada en 2015 Mad Max: Fury Road. Tal ha sido el parecido entre ambas producciones, que Mad Shelia ya es conocida entre los usuarios de internet como la “Mad Max china” y ha sido calificada de remake, pese a no tener relación oficial alguna con la franquicia australiana.
Son muchas las similitudes entre ambos films que han dado lugar a las comparaciones, no sólo el título, la ambientación o las imágenes promocionales, sino también los créditos, banda sonora e incluso el propio argumento. Sin embargo, existe también una gran diferencia, y es que en la versión asiática nos encontramos una protagonista femenina en lugar del personaje masculino interpretado por Mel Gibson en los ochenta y Tom Hardy en la entrega más reciente.
El rodaje de Mad Shelia se inició en octubre de 2015 y terminó ocho meses después, pero aún faltan dos películas por estrenarse que continuarán con la saga, estas son Mad Shelia: Virgin Road y Mad Shelia: Vengeance Road, de las cuales sólo falta por rodar la tercera, cuyo rodaje dará comienzo a principios de 2017.
Por el momento la producción China sólo se encuentra disponible para su visionado online en la plataforma TenCent video a la que únicamente pueden acceder residentes del país.
Es posible que las siguientes entregas corran la misma suerte y se estrenen directamente en internet en lugar de en los cines.
Mad Max: Fury Road tampoco llegó a estrenarse en los cines chinos, todo apunta a que debido a sus escenas de contenido violento y sexual que no llegaron a pasar el filtro de censura impuesto por el gobierno. Sin embargo, ese no el el único factor que influye a la hora de importar películas extranjeras al país asiático, y es que China tiene una estricta política de control en lo que al cine de fuera se refiere, por la que dichos estrenos están limitados a 34 títulos al año. Esta restricción a las producciones cinematográficas extranjeras tiene su origen en un acuerdo aprobado en 2012 con una validez de cinco años y cuya finalidad es dar prioridad al cine nacional y ayudar a potenciarlo. No obstante, el acuerdo se volverá a negociar en febrero de 2017 y está previsto que el número de títulos permitidos aumente de forma considerable, poniendo a los cineastas chinos en alerta y siendo una gran oportunidad para industria del cine foránea.